domingo, 29 de mayo de 2011

VIDA Y APRENDIZAJE

Patricia*— Flavio, ¿por qué somos tan diferentes y nos tocan cosas tan distintas?

Flavio — No todos pensamos igual ni todos queremos lo mismo, pero eso nos hace tener una vida original.

Hay que vivirla con alegría; siempre hay más y más; hay otra vida para estrenar y hay más momentos para aprender. En cada vida aprendemos un poco más cada día, y nos llevamos las experiencias constructivas, y a veces deseos y cosas malas.

En realidad, la vida es una gran escuela: algunos recién empiezan, otros repiten, se va avanzando en los niveles de aprendizaje hasta que uno llega a profesor. Entonces es un profesional de la eternidad y tiene la misión de bajar y ayudar a los alumnos a que lleguen al mismo nivel. Enseñarles que todos somos partes de

Dios y que la vida nos pule hasta llegar a la perfección.

Flavio, 7 años

*Empleada de la casa

lunes, 2 de mayo de 2011

CONTRAPORTADA

Todos somos partecitas salidas de Dios (Flavio, 6 años.)

O sea, la muerte, como final de la vida, no existe; la vida sigue, de otra manera, seguimos siendo parte de la vida que viene de Dios y que vuelve a Dios.(Flavio, 6 años.)

Entre muchos destinos se forma el único destino. El destino de la humanidad.

Dios no tiene tiempo. Está fuera del tiempo. Todo lo que está dentro del tiempo empieza y termina.(Flavio, 6 años.)

Para ayudar a los chicos hay que ayudar a los grandes. Si los padres están abiertos, van a cuidarlos sin imponerles sus propias ideas, su visión del mundo. Lo principal es darles espacio, darles tiempo, dejarlos pensar, dejarlos que hablen. Es importante hablarles de Dios, de lo espiritual pero sin insistir en que se tiene la Verdad. (Flavio, 8 años.)

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