sábado, 12 de marzo de 2011

SOLO DE DIOS

(De las notas de mi papá.)

Al atardecer paseo con Flavio junto al mar.

Papá — ¿Qué te pasa Flavio, que te veo triste? Flavio — Me siento solo.

Papá — No estás solo; estás conmigo, estás con mamá, con tu hermano, y todos te queremos mucho.

¿Extrañas la casa de Buenos Aires?

Flavio se detiene, me mira con los ojos llenos de lágrimas, y dice entre sollozos:

— No entendés. Nadie entiende. No me siento solo de humanos; me siento solo de Dios; no se puede comparar. A esta hora, cuando el Sol se va y todavía no se ven las estrellas ni la Luna, extraño a Dios.

Flavio parece más pequeñito aún frente a la inmensidad del mar, en la playa desierta. Trato de consolarlo abrazándolo, pero siento que sólo su cuerpo está ahí. Se abandona a mis brazos pero está muy lejos. Hasta que con un profundo suspiro, se seca las lágrimas y regresa. Me dice:

Papá, volvamos a casa.

Flavio, 6 años

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...