martes, 11 de enero de 2011

JESÚS Y SIRIO


Mamá — Bueno, niños, ¡a dormir! Cierren los ojos y vayan a buscar una estrellita en el cielo.

Flavio (riéndose) — Yo no tengo que dormirme para ir a mi estrella. (Cierra los ojos.) Ya está, ya estoy en la estrella... Pero yo tengo dos estrellas, la estrella hombre y la estrella mujer. Se llaman José y María.

Mamá — ¿Sabías que así se llamaban el papá y la mamá del niño Jesús? ¿Te lo contó la abuela?

Flavio — No sé, no me acuerdo. Mi estrella es hombre y mujer, María y José. Es muy grande; cabe todo el mundo dentro de mi estrella.

Marcos, mientras tanto, estaba por dormirse, pero al escuchar el diálogo, se sienta en la cama y dice: Marcos — Jesús también viene de una estrella, de la estrella Sirio.

Mamá (asombrada) — ¿De dónde sacaste eso? ¿Te lo dijo papá?

Marcos — No, papá no me habló de Jesús. La abuela me cuenta de Jesús, de María y José. Papá me mostró un mapa del cielo, donde están los nombres de las estrellas. Y yo sé que Jesús viene de Sirio, que es la estrella de la Voluntad y el Amor.

Mamá — ¿Cómo lo sabés? ¿No lo habrás leído?

Marcos — Ya te dije: leí el nombre de la estrella; lo demás lo sé, no sé cómo. Dejame dormir... Tengo sueño...

Flavio — Dejalo, mamá. Es cierto que Jesús viene de una estrella; todos venimos de una estrella.

Marcos, 7 años - Flavio, 4 años

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